Pero al parecer, ha chocado con un problema curioso, y es que el robot de Google cumple a rajatabla las reglas.

Durante una de las pruebas realizadas en el 2009, uno de los coches sin conductor de Google, se detuvo indefinidamente en un cruce con 4 señales de stop, mientras otros conductores (humanos), avanzaban en el cruce. ¿Qué hizo el coche de Google?, parar, como dictan las reglas. Los sensores del coche autodirigido esperaban a que los humanos pararan completamente en las señales de stop antes de avanzar, y el coche de Google, siguiendo sus normas, parece que estuvo obstruyendo la circulación durante un rato.

Tecnológicamente hablando, el problema principal es la convivencia de estas máquinas con los seres humanos, y la integración de las mismas en diferentes culturas. Podemos poner de ejemplo la India, donde no existen reglas de conducción, o sólo son conocidas por los habitantes de la India, que bueno, reglas son … pero son sus propias reglas de conducción.

¿Sería éste el escenario perfecto para la realización de las pruebas de los coches de Google?

Otro de los problemas con los que nos enfrentamos es el vacío legal. Por ejemplo en el campo de los seguros. ¿Cómo detectar el culpable de un accidente con un coche sin conductor?
Este vacío legal, podría retrasar la puesta en marcha definitiva de esta nueva tecnología, pero ya se está hablando de la instalación de cajas negras similares a las que se utilizan en los aviones.

Como resultado de todas las pruebas realizadas desde el 2009 por Google, estos coches se han visto involucrados en 16 accidentes, y según afirma Google en todos los casos la culpa es «de un humano». 🙁

Según Dmitri Dolgov, el director de software del Proyecto de Coche Autónomo de Google, comenta que una cosa que ha aprendido del proyecto es que los conductores humanos tienen que ser “menos idiotas”.

Los siguientes pasos que Google está dando para perfeccionar su tecnología, van dirigidas a la integración del software del coche con los hábitos de conducción de los humanos.

Desde OkTuWeb os invitamos a reflexionar sobre la comparativa de los dos vídeos publicados, el primero, en el que un perro conduce tranquilamente mientras el copiloto (un niño), disfruta del viaje plácidamente, y sin accidentes, ;-), y el segundo, el campo de pruebas al que debería de enfrentarse Google, en el caso de que quiera poner en marcha su increíble pero posible proyecto. La polémica está servida.  ¿Comentarios?, ¡claro!, siempre bienvenidos ;-).

Pero al final, pese a todos los inconvenientes … We love this!

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